viernes, 5 de diciembre de 2008

Nada

El tiempo pasa silencioso
con un pasar de agua nocturna,
y ve mi frente taciturna
y ve mi pecho sin reposo.

En ese tiempo silencioso
hundo mi voz de agua nocturna:
Pongo la frente taciturna,
reposo el pecho sin reposo.

Guardo mi pena en el penario.
Guardo mi alma en el almario.
Guardo mi voz como una espada.

Ya nada tengo, nada quiero.
Ya nada busco, nada espero.
Nada.

Y yo era rico.
Yo tenía una guitarra de agua pura,
un ruiseñor en la espesura
y el gran fulgor del mediodía.

Pero perdí lo que tenía;
el ruiseñor y el agua pura
y la guitarra y la espesura.
Se me hizo noche el mediodía.

Pido limosna. Pero en vano
tiendo la voz, abro la mano.
¿Comprende usted, desmemoriada?

Ya nada tengo, nada espero.
Ya nada busco, nada quiero.
Nada.

Nicolas Guillén

4 comentarios:

SubHatun dijo...

A veces

A veces tengo ganas de ser cursi
Para decir: la amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonto
Para gritar: ¡la quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser niño
Para llorar acurrucado en su seno.
A veces tengo ganas de estar muerto
Para sentir, bajo la tierra húmeda de mis jugos,
Que me crece una flor rompiéndome el pecho,
Una flor, y decir: esta flor,
Para usted.


También de Nicolas Guillen
Feliz fin de semana

elcamaleón dijo...

Me identifico con cada una de las palabras de este señor.

Sin más comentario.

Gracias sub

Lorielana dijo...

que belleza Blogui. Tienes un gusto exquisito para la poésia, y nos descubres siempre cosas nuevas.
Te dejo uno de Alfonsina, a mi me maravilla la sensibilidad y la ternura de esta mujer.
Gracias por compartir con nosotros estas cosas Subcomandante.

Ahí va el poéma. Se lo dedico a quien me ocupa el corazón.

Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.

Tan dulces dos palabras
?Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!?
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.

Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.

severinne dijo...

Sub, no sé por qué, el poema "Nada" que has puesto en la entrada me recuerda a Edgar Allan Poe, y me oigo a mi misma recitándolo en voz alta, con voz profunda, dándole la cadencia deseada, y me gusta. Un poema precioso, igual que "A veces".
Yo tenía otro para poner, pero no lo encuentro (emoticón sonrojado), te lo debo. :D