martes, 19 de agosto de 2008

EMBRUJO

Voy a escribir cuatro tonterías sobre Granada, aunque otros ya lo han hecho mucho antes y mucho mejor que yo. No obstante, yo también he caído en el embrujo y voy a cometer la osadía. Señoras, señores: ¡allá voy!
Ciudad dormida apaciblemente, mecida por sus tres ríos a los pies de Sierra Nevada. Crisol de culturas y pueblos, que han conformado una forma de ser alegre y apacible. Ciudad con historia de cuento, y con cuentos de ensueño. Música de guitarras recorre tus calles, soleadas o bajo la sombra de los toldos que resguardan a los caminantes de un sol de justicia. Tus gentes, generosas, dan de comer incluso a quién solo buscaba aliviar su sed. Olores de especias traídas de los rincones más recónditos del Asia pugnan por llegar los primeros al paseante que disfruta de su catedral, esa maravilla plantada en medio de una ciudad de espíritu mestizo. Mestizo, porque la judería y el barrio árabe, están como debieran: hermanados. En honor a la verdad es el Albayzín, blanco y cielo, el que goza de las mejores vistas de la ciudad. Porque si bien el monasterio de San Jerónimo, ese milagro renacentista; el Hospital Real, reconvertido en universidad; la villa del Gran Capitán, o la fe barroca de la Cartuja, asombran al visitante, es la Fortaleza Roja la que acaba por enamorarle. La Fortaleza Roja. Qal'at al-hamra, que dicen los árabes. Su silueta se funde en perfecta armonía con los cipreses y encinas de la sierra. Es luz, es agua, es olor a rosas y jazmín. Es simetría y es asombro. Los estucos, las bóvedas, las cúpulas, las columnas... enmudecen a los visitantes. Y eso que uno de los patios ha quedado huérfano. Supongo que precisamente por las mareas de turistas, los leones han huído del patio por unos meses. Para descansar. Y no debemos tomárselo a mal, aunque de primeras nos duela ver un cubo de cristal allí donde deberían estar los cuatro felinos de piedra. Los Abencerrajes, alcoba real de leyenda; el Partal, estanque de quietud; la Puerta del Vino, que enamoró al genio Debussy; los jardines del Generalife...
Washington Irving, otra víctima del embrujo, escribió que el rey moro que la fundó se había vendido al diablo y había levantado la colosal fortaleza por arte mágica. Por tal motivo, pensaba, se sostiene desde hace tantos siglos, desafiando tormentas y terremotos, mientras que otros edificios moriscos ya han desaparecido. Este privilegio, según cuenta la tradición, durará hasta que la mano del arco exterior baje y tome la llave, y entonces la fortaleza saltará en pedazos. Pues bien, esperemos que ese día no llegue nunca, porque la Alhambra es magia. Y la magia no debe morir. P.S.: He decidido que la próxima vez que viaje a esta ciudad principesca lo haré sobre una alfombra mágica, que es la única manera de viajar a Granada, visto cómo está el Prat (4 horas de retraso).

8 comentarios:

Pentapolin dijo...

Maravilloso.
Después de leerte a uno le da apuro publicar un simple comentario.

severinne dijo...

Tengo la suerte de vivir cerca de esta ciudad maravillosa que es Granada, y de poder visitarla con asiduidad. Tú lo has dicho, el embrujo de Granada te come el alma nada más llegar. Yo la considero mi segunda ciudad, y si tuviera que elegir un sitio donde vivir distinto de donde vivo, elegiría sin lugar a dudas Granada. Existen ciudades maravillosas en este país, pero para mí, desde mi opinión totalmente subjetiva, sólo hay una: Granada. Pasear por los jardines de La Alhambra y escuchar el rumor de las hojas y el correr del agua inunda de paz mi espíritu.
Cada vez que voy me cuesta más marcharme, acaso algún día sea definitivo.
Maravillosa narración, como siempre, Kipling, me ha parecido estar ahí de nuevo.

Kipling dijo...

Merci beaucoup, mes amies!

Lorielana dijo...

Granada es Hermosa,pero vista desde los ojos de Kipling y también desde los de Seve, es aún más maravillosa. Yo voy casi cada año y siempre voy a la alhambra y siempre salgo impresionada, pero acabo de descubrir una cosa. Verla con cualquiera de vosotros debe ser aun mas mágico, porque los ojos del que mirá embellece. Y vosotros mirais con unos ojos llenos de amor y asombro. Otra vez gracias.

elcamaleón dijo...

Yo soy andaluza y no tengo la suerte de conocer Granada,vamos,que por no conocer no conozco ni Jaén tierra donde mis ojos vieron el primer resplandor.
Por lo que humildemente os doy las gracias por vuestros maravillosos relatos,qué, unida a mi soñadora imaginación me ha trasladado a la fastuosa Granada.Gracias.
elcamaleón

Irati dijo...

Qué más dedir que no te hayan dicho ya..., totalmente de acuerdo con Pentapolin con lo que dice en el primer post, da corte publicar algo después de leer tus relatos, eres un genio, en serio.

Kipling dijo...

Gracias, pero no os paséis, que no es para tanto. :)

Irati dijo...

Vaaaale kipling, pero es que es la verdad, bueno vale pues para la próxima no te alabaremos tanto jajajaja =^_^=