Hace algunos años, cuando empezaba a descubrir con asombro y agradecimiento lo grande que se iba a hacer el mundo a través de Internet,recibí uno de esos mails míticos que todos hemos compartido alguna vez. El título era “aquellos maravillosos años” y hablaba de lo dichosos que habíamos sido los niños que aún pudimos crecer como niños, jugando en la calle hasta las tantas sin teléfono móvil, y rompiéndonos los cuernos con columpios con las esquinas en punta. Desde entonces, a ese texto le han puesto música, le han hecho power points y le han añadido mucho más texto pero su efecto para quien lo lee por primera vez sigue siendo el mismo. Una fulminante regresión a los veranos en los que se moría Chanquete, a veces en blanco y negro, ante el dolor reverencial de toda la familia.
No se si ese mail, u otros, fueron los detonantes de la determinación con que los publicistas se han lanzado a cultivar la nostalgia de una generación – la mía- en la que hay tanta gente que echa de menos tantas cosas. Pero de un tiempo a esta parte es como si todas las marcas comerciales hubieran renunciado a inventarse nada para convencernos de que las compremos, y se limitan a manipular la añoranza de los niños que fuimos los últimos inocentes, de una manera bastante tramposa.Lo hizo Coca-Cola, naturalmente, para pagar mi estólida lealtad de adicta compulsiva llamándome vieja, lo hizo la leche La Asturiana, Lo hizo Ariel, lo hizo Danone, lo hizo Cola Cao, lo está haciendo el tomate Orlando…
Empiezo a estar muy harta de todos ellos. Sobre todo porque además de renunciar a hacer un esfuerzo y echarle imaginación, no juegan limpio. En mi casa nadie tiene nostalgia por ninguno de esos productos porque mi madre (y sospecho que muchas madres más) solo eran leales consumidores de los productos marca “su precio es bueno”. Y así, echo de menos otros anuncios, los que deberían hacer los creadores de estos otros productos, el papel higiénico el elefante (terrible, terrible, terrible) el jabón lagarto, la margarina Natacha, la cerveza águila negra , el tacho cao ( tuvo que empezar a comprar colacao auténtico cuando mi hermano tuvo una pataleta memorable por los muñequitos del subbuteo del mundial del 82...para entonces yo ya habiá conseguido que me dejarán tomar la leche con café porque el colacao no me ha gustado nunca). Y un montón de cosas más
… Anuncios que si merecerían la pena y que serían dignos sucesores de los que fue recogiendo en su “celtiberia show” un hatun honorífico con el que tengo una deuda moral desde que estrenamos este blog: el maravilloso Luis Carandell, escritor, periodista, inimitable cronista parlamentario,viajero y declarado admirador de la conversación y los saberes y conocimientos inútiles.
El telediario del fin de semana que presentaba Carandell a mediados de los ochenta si que despierta toda mi nostalgia . Su retranca, su ironía, su agudísima inteligencia, sedujeron para siempre a la niña que yo ya estaba dejando de ser y vencieron mi larga resistencia a permanecer callada mientras duraba “el parte”.
Mas tarde descubriría los Celtiberia, misceláneas deliciosas donde Don Luis recogía los anuncios, las noticias de los diarios, los carteles publicitarios, los epitafios, las fotografías y todas las cosas que radiografiaban con fidelidad un país pobre, bruto , triste, ignorante y soberbio. Nada escapaba a los ojos sabios de Carandell, pero a la manera de otros genios, como Chaplin, su denuncia siempre estaba podrida de ternura, envuelta en bondad.
Y así nos podía enseñar lo más terrible sin dejar de matarnos de risa. Como cuando habla de esas dos parroquias sevillanas: una devota de San Pedro y la otra de Santa Maria enfrentadas de tal manera que los petristas cambiaron el texto del ave María para rezar : San pedro madre de dios ruega por nosotros…. evitando mencionar a Santa Maria nunca, o cuando encuentra ese anuncio que solicita un loro que sepa hablar, preferible hablando idiomas, o el cartel donde se anuncia jactanciosamente que se hablan idiomas por señas, o ese telegrama impagable donde un hombre anuncia al alcalde del pueblo donde nació que el día tal de tal a tal hora , llegarán al pueblo sus propios restos mortales, y lo hace con una admirable concisión, explicando amablemente que llegará extremaunciado y viaticado STOP y que: Muero como un santo. STOP. Fdo: Edelmiro…la lista es infinita. Os he traído solo algunos:
Y el más hatun de todos:
Recomiendo a todos los hatunes la lectura o relectura de los celtiberia, Celtiberia Show y Celtiberia Bis, porque es un quitapenas de los más eficaces que conozco. Por cierto que después del telediario de Carandell y de los dibujos de turno, en TVE empezaba " Primera Sesión " y solían poner un western donde todas las chicas aprendíamos, entre otras cosas, que a los machos imposibles como Jhon Wayne lo que de verdad les gustaban eran las mujeres de cálido y generoso corazón pero siempre bien encabronadas. Osea, como las mamás.
También eso lo echo de menos, que pongan cine clásico en la tele alguna vez, pero bueno, ya dicen que el cine ayuda a soñar y la tele a dormir.
10 comentarios:
Mal negocio hacen conmigo quienes hacen de la nostalgia un negocio...
Cada vez que veo una serie, un anuncio, un producto, un cantante, una imagen, de los años 70 u 80 me resultas insufriblemente, noños, horteras, absudos y ridiculos (Muchos de ellos ya me lo parecian en los 70 y 80)...
Cuando vi Verano Azul, siempre desee que un maremoto arrasara Nerja, y se llevara a aquella banda de insoportables niñatos con acento madrileño, a la repugnante señora que pasaba el dia dandoles consejos con psudoprogre (para la epoca) moralina, y en mi casa, mis hermanos y yo, aplaudimos cuando murio chanquete...
Carandell era un grande, su forma de dar las noticias unica, mezclando inteligencia con sentido del humor e ironia.... algo asi como un precursor de los programas de noticias estilo "El Intermedio" que mezclan actualidad con humor critico...
Pero bueno, alfin y al cabo yo fui un niño que creció, no con cuentos infantiles o programas infantiles de la época (soy el pequeño de cinco) sino con lo que veia y leian mis hermanos mayores, Cimoc, Papus, Barrabas, Lou Reed, Pop-grama, todos los programas de dos rombos, culturales, y libros y revistas prohibidas, que traian de Francia
No soporto que la gente viva en el pasado, no soporto que digan que el cine ya no es como el de antes, y que la musica murio en los 70 o en los 80...
¿Acaso se ha detenido el mundo?, ¿se han detenidos vuestras vidas?
La vida sigue, y hay extraordinario cine hoy en dia, música genial, y en las tiendas se puede comprar comida de la misma calidad que la de antes, y muchisimas mas cosas....
Vivir en el pasado y sentir nostalgia es solo pereza... pereza y vagancia que nos da cambiar nuestro presente
Sal y vive!
Subhatun, yo creo que bañarse en las nostalgias es algo muy lícito, siempre y cuando no nos quedemos demasiado tiempo en sus estancadas aguas.
Por lo demás, John Wayne era un tío listo. Y Carandell también. Y de ti, no hablemos, Alma de Cántaro, Almita, Almutamid (como el califa poeta), afilada como la cimitarra de Almanzor, y por supuesto leonesa de cabellera leonina.
;)
Ay Blogue, que me parto.
Me imagino a una familia congregada para aplaudir cuando se muere Chanquete y me parto...Seguro Herodes es vuestro "fans" número 1.
A mi la pereza y la vagancia me parecen virtudes interesantes, bueno, vagamente :-P
No me riñas, hombre.Bésame.
Gracias, Kip :)
Bien sabe que solo te riño para luego perdonarte con un buen achuchón...
Claro que es lícito bañarse en la nostalgia, y no me excluyo del pecado de hacerlo, desde luego no con Verano Azul (menuda basura)...
Añoro a Jimmy Hendrix, a Janis Joplin, los solos de guitarra de 8 minutos en canciones de 20 minutos, añoro los viejos comics brutales y violentos, y todo aquello que surgio en mayo del 68 y siguió en los 70 y 80, a modo de pendulo, dondo todo estaba permitido, y no habia neocensores de lo policiamente correcto tocando los cojones...
Alma, el espectaculo de la ovación a la muerte de Chanquete fue de lo mas divertido.. y mi madre ofendidisima
Vive la Gauche Divine
Hay una viñeta de Quino, en la que Mafalda le preguntaba algo a sus padres, no recuerdo que cosa y ellos le contestaban con el consabido “en nuestros tiempos…”, Mafalda, con toda inocencia o mala leche, que no estoy segura, les interrumpe “que triste…yo creía que estos eran vuestros tiempos…”.
La nostalgia esta bien un rato…pero corto. Zambullirnos en el pasado como ejercicio de felicidad es una broma pesada. Diferente es que recuerdes con cariño a gente tan lista como Carandell o que sigas viendo películas clásicas, pero eso no lo considero nostalgia, porque lo incorporas a tu vida, y porque lo que es bueno y perdura no es pasado.
En cuanto a lo demás, pues que queréis que os diga…la publicidad pasaba de lejos por mi casa, porque la mayoría de las cosas que anunciaban eran superfluas en una familia con cinco hijos.
A mi me gusta el presente. Este es mi tiempo, no tengo otro. No digo que no quisiera estar como a los veinte años, pero como no puedo, pues a disfrutar de los que tengo ahora…y a vivir que son dos días y uno está lloviendo.
PD…yo odiaba a la maestra de verano azul…que tía más pamplinosa, por dios, pero lloré un montón cuando Heidi se reunió con su abuelo, y eso que cuando la vi era la tercera vez que lo reponían y en mi casa los que sabían el final ya tenían el puñuelo preparado…¡Me cachis! , debí de darme cuenta
Bueno pues definitivamente creo que no me expliqué bien
;-P.
Lo que yo quería decir y parece que no supe, fue que me estoy cansando de que se manipule la nostalgia por la infancia de toda una generación para vendernos cosas. Sobre todo porque nos quieren hacer creer que en nuestra infancia los protagonistas eran ellos, osea la cocacola, el ariel y todo lo demás, que eso es lo que vienen a decir los anuncios: Somos parte de tu vida du duaaaaa.No, no lo sois.
Pero eso no implica que yo sea una persona especialmente morriñosa,ni que la nostalgia alimente mi vida ni siquiera que me gustara verano azul(aunque a mi si que me gustaba y Heidi o Marco en cambio no me gustaban nada, y cuando he vuelto a ver algún capitulo me parece terrorismo infantil de alta intensidad...)
Y sobre todo, que en esta obsesión rollito serie Cuentame,en que se ha convertido todo, echo de menos una figura como la de Carandell que sabría recordar y retratar las cosas como realmente fueron.
Te explicaste de maravilla la primera vez, sista. Yo al menos creo que entendí lo que querías decir. Simplemente, al hilo de lo que tu has contado, me parece que los demás hemos seguido la conversación según lo que nos ha sugerido. Eso es la maravilla de una conversación entre amigos,que la inicias por un lado y a saber por donde acaba.
Y por cierto, para "cuentame", mejor ver "aquellos maravillosos años", que es lo mismo, en versión yanqui, pero con una música cojonuda. Aunque mejor, ande va a parar, "Doctor en Alaska" y nos recreamos en nuestro adorado Crhis Stevens. (Ves, al final de una cosa se llega a otra, en este caso a lo de siempre...ayssssssss Crhist)
querida, amada y deseada Alma... te explicas bien, pero como buenos hatunes, hablamos de lo que nos da la gana.. que somos caóticos, aunque no tarados..
Pues conmigo si podrían hacer negocio los que comercian con la nostalgia, si no fuera porque como dice Alma, esas cosas no forman parte de mi infancia, la Coca-cola ni de lejos, si tal una Mirinda compartida y en alguna fiesta importante.
Y de Chanquete, que quereis que os diga, a mi me gustaba, y también Heidi y Marco, aunque también me ha pasado eso de volver a ver algún capitulo y parecerme demasiado cruel para que lo vean los niños, y es que los niños de ahora....no son como los de antes.
Alma, seguro que a Carandell le hubiese encantado esta entrada
:)
Lilinda Gracias
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