viernes, 22 de julio de 2011

Las madrastras no son tan malas (IV)

Entró en su habitación dando un portazo que hizo temblar las paredes. Tenía que ir al bosque cuanto antes, pero no con aquel vestido, necesitaría algo más cómodo, y también una pala, y un saco por lo que pudiera encontrar...
- ¡Eh! ¿Pero qué pretendes? ¿Tirarme de la pared y convertirme en cristalitos?
Una mirada furibunda quedó reflejada en el espejo.
- Reina, espera, ¿a qué vienen esos humos? Espera un poco y cuéntame que ha pasado, mujer... ¿Qué ha hecho la niña esta vez?
- ¡Ja! La niña no ha hecho nada. Ni lo hará, ese imbécil que se hace llamar cazador se la ha cargado ¿lo entiendes? Le sacó el corazón... que tiene narices la cosa, en su vida ha cazado algo más grande que un conejo y ahora viene y me desgracia... ¡Ay! ¡Qué habré...
Dejó de hablar de repente, tres golpes secos en la puerta habían resonado por toda la casa. Sólo conocía una persona que llamara así, y en aquellos momentos no era, ni mucho menos, esperada.
- ¡Mi madre!
- ¡Espera un momento, cari! ¿Tú estás segura de que...?
Pero ella ya había echado a correr escaleras abajo, ¿cómo podía estar ella allí? ¿y por qué? ¿qué quería? Aquella visita complicaba las cosas, lo complicaba todo... Tendría que llamar al hospital, y esperar a que los enfermeros vinieran a buscarla, otra vez, porque ya se había escapado de allí antes.
Pero eso no era lo que ella más temía. Aunque podía comprender sus motivos, aquella mujer se había ganado a pulso su estancia en un psiquiátrico a base de pociones, embrujos y maldiciones contra la gente del pueblo. Ella se había negado, no dejaría nunca que la mujer que la había criado estuviese en un manicomio por aquello... pero estaba visto que aquel "retiro para mayores" no era suficientemente seguro, tendría que pensar en algo mejor... Pero no ahora, primero tenía que ocuparse de sus otros problemas, y no iba a ser fácil huir de la visita.
Cuando se vio reflejada de nuevo en el espejo su cara había cambiado, la situación estaba empezando a superarla, apareció tras la suya otra cara, con los mismos rasgos, eso sí, pero con las pronunciadas huellas del paso de los años. Oyó lo que le pareció un grito ahogado proveniente del espejo, que decidió ser cauteloso.
- Reina, escúchame, según mis listas, las cosas... no han cambiado, ¿entiendes? Tú aún eres líder entre las mayores de 25... pero ella sigue siendo...
- ¡¿Qué?! Pero el corazón... yo lo vi...
Pero antes de que ella o el espejo pudieran llegar a una conclusión aceptable, la visitante, que hasta entonces había permanecido en silencio, habló.
- Hija, ¿Pero tú has visto cómo tienes todo esto? ¿Esto es lo que te enseñé yo? La ropa ahí encima de la silla... ¿Para qué tienes el armario entonces? Es que parece que te guste planchar porque sí... o bueno, vete a saber, que tú igual ni planchas, te lo pones todo arrugado, que siempre has sido tú muy de eso... ¿Y esto? Por fuera de las ventanas también se limpia, que tú parece que lo que no se ve, pues ala, no lo limpio, y eso no es así... A todo esto, ¿dónde está el rufián de tu marido? ¿"de viaje" no? Si ya te lo decía yo, que ese era un vividor, que tú decías que no, pero yo ya lo veía venir... ¿Y la niña esa tan repelente que trajo a casa? Porque esa no es tu hija ¿eh?, que no me entere yo que nada de la familia pasa a ella, que ni siquiera es de nuestra sangre...
- Hemos... hemos tenido un problemilla con la niña... pero ya...
- ¡Claro! ¡Pues no habíais de tener, si es que tú dirás que no, pero todo esto ya te lo avisé yo en su día, que te buscaras un futuro mejor... Tenías que haber vendido esta casa cuando tuviste la oportunidad, pero no, claro, tú saliste a tu bisabuela, y a mi madre, que eran las dos unas blandas, y que si el patrimonio familiar, que si tal... Tú tatarabuela tenía que haber estado aquí, ella sí que sabía tener las cosas en su sitio, que no había nadie que le tosiera, y encima limpiaba por fuera de las ventanas... ¿Qué ha hecho la niña esa?... No, deja, no me lo cuentes que si no igual me entran ganas de darte un sopapo, por tonta, que es que tú te dejas conquistar enseguida... Ya me encargaré yo de que no tengas más problemas con ella... Que si yo hubiese estado aquí, otro gallo nos cantaría, pero claro, tú que no, que a la residencia aquella que no me dejan hacer nada, ¡ay! pero allí hay gente muy maja, mi amiga Male me ha enseñado trucos nuevos que no te lo puedes ni imaginar, me ha dado una receta que dice que ella pinchó un dedo a la hija de los vecinos con eso y ¡ale!, a dormir como una bendita...

Continuará...

2 comentarios:

SubHatun dijo...

:D que intriga.. como sigue como sigue? esto es como lo de harry potter... cuantos capitulos son?

Anónimo dijo...

por diooooo, la niña, la niñaaa, ¿q le ha pasado a la niñaaaa?
q intriga Kelna...

cuenta, cuenta YAAA

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