Estos días están los mineros en lucha, y me ha recordado cuando en Bilbao hubo otro episodio de la lucha obrera, los trabajadores de Astilleros Euskalduna protestando por el cierre de su empresa
jueves, 14 de junio de 2012
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3 comentarios:
Me gustó mucho la peli de Fernando León de Aranoa, "Los lunes al sol"...me temo que el destino de los trabajadores de Astilleros será el de los mineros de mi tierra. La diferencia es que supondrá también la condena de la propia tierra, ya tan deprimida y tan empobrecida...
Mientras tanto celebro la inagotable capacidad de solidaridad y de coraje de los mineros. Siento que son un ejemplo para todos y que si todos actuásemos como ellos, mi hijo, por ejemplo que ha cumplido tres años, no empezaría el primer curso de educación infantil en una clase de 26 niños, sino de 18, como hizo su hermano, pero parece que sólo nos importa el fútbol, que penica... y no es que vaya a decir yo eso de que encima de la que está cayendo no puedas llevarte una alegría porque marque Fernando Torres (¡dos veces!) y que celebrar esas cosas te convierten en un bruto anestesiado o en un gilipollas integral, porque no es eso,pero si que me da una rabia horrible que las calles se llenen de banderas de apoyo a la selección, y de gente eufórica gritando, pero en las manifestaciones en defensa de la escuela pública, por ejemplo, haya casi sólo estudiantes universitarios y maestros...¿¿¿y los padres??? (yo es que lo de los padres y las madres, no me sale) pues viendo fútbol. Grrr
Besos, blogue
Si es una pena... sobre todo lo de esos padres que no van a defender la educación y el futuro de sus hijos, que ya me parece alucinante
Sobre los padres que no defienden... En la oficina de mi madre había muchos de esos "padres" que querían ir a las manifestaciones que comentáis, a esas y a mil más de protesta por todos los atracos que estamos sufriendo. El problema es que ahora, si vas a una manifestación y al jefe le parece mal, el desGobierno se lo ha puesto tirado para que te echen... Y esos padres tienen casas, tienen hijos y obligaciones.
Muchas veces no es por falta de ganas, sino que la propia opresión no te permite quejarte de la opresión... Y ya no es cuestión de ser valiente o cobarde, sino que tienes que elegir si arriesgarte a poner en peligro el presente por un futuro incierto, o aguantar y esperar que poco a poco el sistema vaya cambiando.
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