Una mañana más se despertó y a su lado en la cama no había nadie. Claro, recordó, viaje de trabajo, como siempre, y mientras ella a cuidar de la niña y a hacerlo todo... La niña, menuda joya la niña, ya estaba cantando otra vez, si es que así no hay quien duerma, si por lo menos hiciese algo... Pero no, ríete tú de la generación ni-ni... La princesita de su papá se pasaba el día allí, cantando y bailando, y llenándole la casa de bichos, ¿para qué estudiar, si vendría a buscarla su príncipe?, ya se quedaba ella en casita, "ayudando"...Porque claro, lo de ayudar era un decir, a ver quien es el listo que come en un plato que ha fregado una mofeta con su cola... Así que nada, ya lo hacía ella todo y después a repasar lo que la niña ha "limpiado". Y mientras su querido marido de viaje, siempre fuera, siempre sin hacerle caso... Si ya se lo decía su madre, no te cases con ése, que es un vividor, y encima feo... Ah, pero ella, joven, guapa, la sensación de un pueblo pequeño como aquel haría lo que le diese la gana... Y allí estaba, en el mismo pueblo insignificante donde nunca pasaba nada, con la misma gente de siempre y sus historias repetidas mil veces... y con aquella niña cantando en el piso de abajo sin dejarla dormir...
Consiguió hacerse con un plato que no habían tocado las ardillas y se hizo el desayuno, iba a ducharse pero no quedaba agua caliente, los condenados ciervos no sabían fregar con agua fría... Como cada mañana se puso frente al espejo y le preguntó
- Espejito, espejito ¿quién es la más bella del reino?
El espejo guardó un incómodo silencio y contestó ante su mirada amenazante
- Ay, cari, pero no te enfades...Blancanieves
¿QUÉ? Esto ya era el colmo, lo que le faltaba, el espejo de su bisabuela le hacía esto, a ella, que había sido la más guapa de aquel estúpido reino durante los últimos treinta años...
- Reina, que te estoy viendo venir, no te pongas así, que tú sigues siendo líder entre las mayores de 25... ¡No! Deja de apuntarme con ese plato que sabes que soy frágil...Además cari, que es que esas ojeras que llevas no te favorecen nada...
- Se acabó, se acabó, esa niña tiene que irse de esta casa o yo me vuelvo loca, espejito.
- Bueno, bueno, pero eso ya lo piensas luego más calmada eh, que las cosas en caliente...
Decidió hacerle caso al espejo (si su familia lo había conservado durante seis generaciones sería por algo) y decidió volver a su alcoba a descansar hasta que los grititos de una voz insoportablemente dulce la interrumpieron
- ¡Madras! ¡Madras! ¡Mira! ¡Te he traído unas flores!
Estúpida niña, doce años viviendo en la misma casa y aún no se había enterado de que era alérgica al polen.
- Claro, bonita, déjalas por ahí... Oye, ¿sabes si ha venido ya el cazador?
- Sí, lo vi antes y conseguí convencerlo de que no mate a mis pequeñines y se haga un huerto.
- Maldito imbécil...
- ¿Qué dices, Madras?
- Nada, bonita, nada, ya puedes irte.
Consiguió hacerse con un plato que no habían tocado las ardillas y se hizo el desayuno, iba a ducharse pero no quedaba agua caliente, los condenados ciervos no sabían fregar con agua fría... Como cada mañana se puso frente al espejo y le preguntó
- Espejito, espejito ¿quién es la más bella del reino?
El espejo guardó un incómodo silencio y contestó ante su mirada amenazante
- Ay, cari, pero no te enfades...Blancanieves
¿QUÉ? Esto ya era el colmo, lo que le faltaba, el espejo de su bisabuela le hacía esto, a ella, que había sido la más guapa de aquel estúpido reino durante los últimos treinta años...
- Reina, que te estoy viendo venir, no te pongas así, que tú sigues siendo líder entre las mayores de 25... ¡No! Deja de apuntarme con ese plato que sabes que soy frágil...Además cari, que es que esas ojeras que llevas no te favorecen nada...
- Se acabó, se acabó, esa niña tiene que irse de esta casa o yo me vuelvo loca, espejito.
- Bueno, bueno, pero eso ya lo piensas luego más calmada eh, que las cosas en caliente...
Decidió hacerle caso al espejo (si su familia lo había conservado durante seis generaciones sería por algo) y decidió volver a su alcoba a descansar hasta que los grititos de una voz insoportablemente dulce la interrumpieron
- ¡Madras! ¡Madras! ¡Mira! ¡Te he traído unas flores!
Estúpida niña, doce años viviendo en la misma casa y aún no se había enterado de que era alérgica al polen.
- Claro, bonita, déjalas por ahí... Oye, ¿sabes si ha venido ya el cazador?
- Sí, lo vi antes y conseguí convencerlo de que no mate a mis pequeñines y se haga un huerto.
- Maldito imbécil...
- ¿Qué dices, Madras?
- Nada, bonita, nada, ya puedes irte.
Continuará...
4 comentarios:
Los espejos son unos desconsiderados y unos cabrones.... El mio, cada vez que me pongo delante, se empeña en representar a un bien alimentado señor de mediana edad, y no al apolíneo joven que soy...
La próxima vez le zurro al cuarenton ese del espejo
Jajajaja....lo de madras, madras me mató, y lo de "es un vividor y encima feo" me recordó una cosa que me dijo mi madre una vez, cuando se enteró de que estaba saliendo con el que hoy es mi santo y confiando abrumadoramente en mi me dice ¿A qué ya te enredaste con algún casao, parao, de un pueblo que no exista?
Ojalá hubiera tenido razón en lo del pueblo y no existiera :P
¿Continuará cuando?
Besos, Blancanieves
(jijijijiji, bien alimentado)
Grande, Kelnita. Oye, en breve tenemos la boda, ¿no? ;P
¿Y... kel? ¿Para cuándo los confites?
Mega-abrazos (me encantó ésa, ya te la afané :D )
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