Wiegala, wiegala, weier,
der Wind spielt auf der Leier.
Er spielt so süss im grünen Ried,
die Nachtigall, die singht ihr Lied.
Wiegala, wiegala, weier,
der Wind spielt auf del Leier.
Wiegala, wiegala, werne,
der Mond ist die Laterne,
er steht am dunklen Himmelszelt
und Schaut hernieder auf die Welt.
Wiegala, wiegala, werne,
der Mond is die Laterne.
Wiegala, weigala, wille,
wie ist die Welt so stille !
Es stört kein Laut die süsse Ruh,
schlaf, mein Kindchen, schlaf auch du.
Wiegala, wiegala, wille,
wie ist die Welt so stille !
(Wiegala, wiegala, weier,/ el viento toca la lira. / Toca dulcemente entre los juncos verdes./ El ruiseñor canta su canción./ Wiegala, wiegala, weier,/ el viento toca la lira.// Wiegala, wiegala, werne,/ la luna es una linterna/ en el fondo negro del firmamento,/ desde allí mira el mundo./ Wiegala, wiegala, werne, / la luna es una linterna.// Wiegala, wiegala, wille,/ ¡qué silencioso está el mundo!/ Ni un solo ruido turba la paz,/ tú también, mi pequeño, duerme./ Wiegala, wiegala, wille,/ ¡qué silencioso está el mundo!]
Ilse Weber
Su apellido natal era Herlinger. Creció en un ambiente multicultural. Asistió a clase en un colegio alemán, pero tuvo también contacto con checos y polacos, pues su madre regentaba un café, en que, más adelante, Ilse ayudó a su madre. Empezó a escribir a la edad de 14 años, por ejemplo cuentos infantiles judíos o pequeñas obras de teatro para niños. Se publicaron en diferentes periódicos y revistas alemanas, checas, austríacas y suizas. En 1930 se casó con Willi Weber.
Con la llegada de los nazis al poder, muchos de sus amigos emigraron. Ella y su marido no quisieron hacerlo. Consiguió que su hijo mayor, Hanus, saliera hacia Suecia, a casa de unos amigos. Pero ella, su marido y su hijo pequeño fueron llevados a Praga. De allí, el 6 de febrero de 1942 fue deportada a Theresienstadt. Allí, separada de su marido y su hijo, trabajó como enfermera en la enfermería pediátrica durante dos años. Compuso numerosos poemas que cantaba a los niños y a los ancianos como nanas.
En 1944 fue llevada con su hijo y los niños del asilo a Auschwitz. El 6 de octubre de 1944 fue asesinada en el campo de concentración de Auschwitz, junto con su hijo Tommy. Se dice que camino de la cámara de gas iba cantando a los niños una nana que ella misma había compuesto (Wiegala).
En Theresienstadt escribió el libro de poemas In deinen Mauern wohnt das Leid (En tus muros habita el dolor), que no se publicó hasta 1991.
Su marido sobrevivió a los campos de concentración, aunque gravemente enfermo. Fue él quien reunió las obras de Ilse y las publicó.
Wikipedia
Cuando, en febrero de 1942, Ilse Weber (1903-1944) fue concentrada con su esposo y el más pequeño de sus dos hijos en el ghetto de Theresienstadt, era ya una reputada escritora especializada en el mundo infantil.[1] De hecho, hasta que en octubre de 1944 fue deportada con su hijito a Auschwitz, dedicó el tiempo que duró su forzada residencia en el infierno a paliar, como enfermera jefe y animadora cultural, el desastroso estado de salud y el tremendo desconcierto vital de los niños que esperaban en el ghetto su turno de morir. Ellos, y las circunstancias dramáticas en que su vida se abrasaba, siguieron siendo los principales protagonistas de sus versos, a los que despojó voluntariamente durante su cautiverio de cualquier perturbación lingüística que debilitara la comunicabilidad de una escritura nacida con una sólida vocación de realismo. La poeta checa hace, en este sentido, un verdadero ejercicio de contención, reduciendo el lenguaje poético a los márgenes estrictos del lenguaje hablado, y situando en la anécdota la fuente primordial de la emoción literaria: la tensa relación entre la sobriedad antiretórica de la expresión y la dramática circunstancia que le sirve como punto de partida, multiplica los efectos emocionales de la vida contada hasta límites sobrecogedores, y convierte el dolor en un dolor más ancho y en un seco lanzazo de verdad. Su poesía, en este sentido, no quiere trascender la realidad, sino ser «testimonio» de una vida sometida a “cerco” que se manifiesta –literariamente– no como una tragedia personal sino como una experiencia compartida de orfandad que aglutina a los seres en un “yo” poético colectivo cuya cualidad viene dada más por las circunstancias que en común se soportan que por la conciencia de pertenecer a un pueblo –el judío– perseguido por la fatalidad. Un cerco, en fin, del que no puede aceptarse otra “salida” ni otra liberación que la deportación definitiva hacia la muerte.
[1] Ilse Weber nació en 1903 en el seno de una acomodada familia judía partidaria de la «emancipación», en la ciudad morava de Witkowicz. Ya en la adolescencia comenzó a escribir cuentos, teatro y poesía para niños, que serían publicados tanto en su patria checoslovaca como en Alemania, Austria y Suiza, al tiempo que dedicaba su tiempo libre a la traducción de textos literarios. En 1930 se casó con Willi Weber –que había regresado de Palestina enfermo de malaria–, con quien tuvo dos hijos. Ante la creciente presión de los fascistas checoslovacos, Elsa y su familia tomaron la decisión de trasladarse a Praga en 1939 y de enviar a su hijo mayor a Suecia, al cuidado de una amiga. Fue el único que se salvó.
Carlos Morales- Literatura del Holocuasto
La siniestra historia del campo modelo de Theresienstadt o Terezin es suficientemente conocida. La música de los más importantes músicos checos que allí fueron confinados antes de su deportación a Auschwitz para su gaseamiento (Pavel Haas, Viktor Ullmann, Hans Krása) se ha ido rescatando en los últimos años, junto a la de otros compositores que fueron igualmente asesinados por el régimen nacionalsocialista alemán. Menos célebres son algunos de los nombres que también recoge Anne-Sofie von Otter en este conmovedor disco dedicado a las víctimas de Terezin, como Karel Svenk, Adolf Strauss, Carlo Sigmund Taube o Ilse Weber.
El disco, que ha caído accidentalmente en mis manos , es realmente conmovedor, y quería compartirlo con vosotros.
5 comentarios:
No tenía la más remota idea de quien era esta mujer. Ahora se que nunca podré olvidar su nombre porque se me ha encogido el corazón y dudo que vuelva a recuperar su tamaño.
Gracias Janis
Visité Auschwitz en un viaje a Polonia, esta cerca de Cracovia.... El ambiente que hoy día tiene impresiona... cuando paseas por aquellos edificios hoy vacios se siente un nudo en el estomago que es dificil de describir con palabras...
Wunderschön. Es ist das Einzige, was mir dazu einfällt. Es ist bewundernswert, wie selbst vor den Pforten der Hölle die eigene Menschlichkeit nicht verloren geht und doch noch Mut und Trost aus den Tiefen der Seele zu schöpfen vermag.
Die Trauer ist gross und die Schande, die seit Jahrzenten über ein ganzes Volk schwebt, wird möglicherweise immer dasein. Aber jene Abscheulichkeit darf niemals in Vergessenheit geraten!
Diese Verantwortung sollte die Menschen vereinen.
P.S.: Janis, un beso muy grande. ;)
Janis, al hilo de tu entrada, me gustaria contar un poco de la historia de Hannah Arendt. Creo que viene al caso, porque esta mujer, judia alemana, lúcida, inteligente y buena, fundamentalmente buena, fue durante muchos años apratida. Sufrió el exilio pero se salvó de los campos de concentración. Muchos años después, caundo ya era una filósofa respetada, asistió al juicio de Eichmann. Su lucidez le llevó a escribir sobre la banalidad del mal. Me impresionó mucho conocer su opinión y aun me asusta el que tenga razón. Ella, como todos, por su propia salud mental, esperaba encontrarse a un monstruo, a alguién demoniaco, al menos con un ideario. Y se encontró con un pequeño burcrata que hizo daño, porque sencillamente era lo que le suponía mayor beneficio en ese momento. Fue malo por inercia. Y creo que tiene razón y asusta pensar la gran cantidad de pequeños Eichmann que están esperando a medrar bajo el sol que más calienta.
Pero creo también que frente a ese mal banal, esta el bien, que se elige, que no es una dejación, sino algo a lo que optamos, como esta mujer cuya historia nos has contado. Ella no fue banal, ella eligió.
Por cierto Janis, por cosas como estas que has escrito soy hatun. Gracias.
¿Qué significa esa "emancipación" entrecomillada? ¿Que eran aprtidarios de que los hijos abandonasen pronto el hogar familiar y se pusiesen a trabajar, que eran separatistas moravos? Los entrecomillados no se entienden si no se refieren a algo de sobra conocido por la mayoría, y no creo que este sea el caso, por lo que si el autor lee este comentario, le agradecería que lo explicase.
Por cierto, de Ilse Herlinger (¡qué maldita manía machista tienen los países no hispanos en robar el apellido a las mujeres e imponernos el del esposo!) de Weber ¿se sabe si tenía formación musical? Escuché alguna otra canción suya aparte de *Wiegala*, y son realmente hermosas y muy bien escritas en un estilo típico de la "art song" alemana de la música romántica, casi como Schumann o Hugo Wolf. Me sorprende mucho que tuviera esa maestría si nomás tenía conocimientos para escribir cancioncitas infantiles (con todo mi respeto para las canciones para nenes, pero entiéndanme, no es lo mismo que escribir "lieder" con acompañamiento de piano con toda una armonía y una forma muy elaboradas).
Un saludo.
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