De vuelta

Cuando era pequeña me encantaban las visitas de mis tíos de Barcelona. Será porque a pesar de que yo pueda ser su nieta siempre consiguen hacer reír a todos los públicos, porque te hacen sentir que las comidas familiares pueden superar en diversión a una tarde cualquiera con amigos, o porque siempre consiguen sacar las cositas pequeñas pero maravillosas de cada uno. Por todo eso me inundaba la emoción cuando anunciaban su visita.
La misma emoción que siento cuando vuelvo a Hatunia, porque no es tanta la diferencia; este lugar está lleno de amigos, los buenos ratos y las risas aquí no faltan nunca, pero también porque de alguna manera sois como una familia.

Os echaba de menos.