Ayer fui a la peluquería. Como es natural, entre lavado y mechas el tiempo se hace más llevadero con una revista. Y para que nos vamos a engañar, no es el Nacional Geografic ni Historia lo que se lee allí. El Hola y el Semana es lo que te divierte comentar. Los Presocráticos en un salón de belleza no soportarían el calor del secador ni el olor de los tintes.
Pero, ¡mala suerte!, cuando llegué ya me habían birlado todas las revistas de cotilleos. No tuve más remedio que coger un COSMOPOLITAN atrasado y fue toda una aventura…Acabo de descubrir que soy un bicho raro, digno de estudio en las facultades de psicologías, psiquiatrías y posiblemente en las de sociología. He puntuado fatal en un test sobre como contentar a un hombre y conseguir que me lleve al altar en tres cómodos pasos. Definitivamente no tengo el perfil necesario para conseguir que un millonario pierda los papeles por mis huesos, arregle mi futuro y de camino me quite de trabajar. En fin que Briatore y Agag no van a dejar a sus parientas por mí. Y yo que debería estar lamentándome por semejante tragedia, oye, ni me inmuto. Debo ser una mujer poco emprendedora. Aunque creo que no ayuda haberlos visto en bañador. Al primero en tanga, que aun tengo pesadillas y al segundo en pantalón extra largo de niño del Opus Dei.
Tampoco voy a conseguir trabajo. No al menos en una empresa privada donde me vaya a entrevistar un ejecutivo pijo o una directora lesbiana. A continuación les explico las tres condiciones necesarias para que me contraten.
1ª Buena imagen: Para ello me dicen que debo preparar mi piel el día antes, (al parecer un indiscreto grano puede llevar a la entrevista por derroteros indeseables.), pelo perfecto y maquillaje discreto pero impecable. Si es necesario antes me pasó por un salón de belleza. Me dan ejemplos. Que digo yo que si me puedo permitir semejantes precios no necesito el trabajo.
2º Muéstrate segura: Para ello el color rojo es ideal. Un traje de chaqueta de Valentino es lo mejor. Ponen la foto de una chica de dieciséis años, un metro ochenta y cincuenta kilos de peso, vestida con un conjunto de 3.000 aurelios y con unos tacones de quince centímetros como ejemplo. A estas alturas he agotado todo mi repertorio de insultos e improperios. O eso creía, porque me insinúan que para dominar mis nervios lo mejor es pedir que me enseñe unos sencillos ejercicios mi¡¡¡¡entrenador personal!!! ¿Pero no se supone que estoy buscando trabajo?, o sea que estoy en el paro, que no tengo dinero, ¿como narices me voy a permitir contratar YO a nadie?
3º No des la impresión de necesitar el trabajo. Joder, ¿entonces que hago allí? ¿Pasar la tarde? ¿hacer amigos?. Por supuesto nada de mi curriculum, de mi carrera o de mis logros académicos. Yo creo que me he equivocado de empresa. Aquí lo que buscan son señoritas de compañía.
Por ultimo y mientras me envolvían las mechas en papel alba o cualquier otro de marca más económica, me subía la envidia y la mala leche mirando fotos de los lugares que me sugerían para mis próximas vacaciones. Otra vez tres opciones.
Primera. Un hotel de por lo menos 325 estrellas en Dubai donde tendré la oportunidad de codearme con gente tan interesante como los Beckham o los Agag (por lo que veo menudo braguetazo que dio este chico).
Segunda: Un safari en un súper exclusivo rancho en Kenia, donde no tendré la oportunidad de ver a ni un solo africano que no tenga como profesión la de camarero o limpiadora. Por supuesto a miles de euros la noche. (Supongo que allí podré codearme con los banqueros a los que he financiado con mis impuestos para que salgan de la crisis)
Tercero: Una playa tan escondida que solo puedo acceder a ella en yate. Particular por supuesto. Todos estos destinos los podías comentar con un grupo de privilegiados, en una página de Internet a la que no dejan entrar si no te invita otro mega inútil y demuestras ser tan superficial y descerebrado como ellos. Si no es así te expulsan sin piedad. ¡Anda! Pensé, como uno de éstos pase por hatunia no pasa de dumpi en su puta vida. Nosotros también somos muy selectivos.
Todos estos reportajes estaban adobados de mujeres anoréxicas, consejos para una vida sexual activa y algún documento seudo serio sobre un político de moda.
Juro que estaba haciendo trizas la revista cuando vi a mi vecina de sillón dejar el “diez minutos”. ¡Que alivio! Me abalancé sobre el como una posesa. ¡Por fin!, ¡que maravilla! la Pantoja en chándal y tacones, glamour de andar por casa…
1ª Buena imagen: Para ello me dicen que debo preparar mi piel el día antes, (al parecer un indiscreto grano puede llevar a la entrevista por derroteros indeseables.), pelo perfecto y maquillaje discreto pero impecable. Si es necesario antes me pasó por un salón de belleza. Me dan ejemplos. Que digo yo que si me puedo permitir semejantes precios no necesito el trabajo.
2º Muéstrate segura: Para ello el color rojo es ideal. Un traje de chaqueta de Valentino es lo mejor. Ponen la foto de una chica de dieciséis años, un metro ochenta y cincuenta kilos de peso, vestida con un conjunto de 3.000 aurelios y con unos tacones de quince centímetros como ejemplo. A estas alturas he agotado todo mi repertorio de insultos e improperios. O eso creía, porque me insinúan que para dominar mis nervios lo mejor es pedir que me enseñe unos sencillos ejercicios mi¡¡¡¡entrenador personal!!! ¿Pero no se supone que estoy buscando trabajo?, o sea que estoy en el paro, que no tengo dinero, ¿como narices me voy a permitir contratar YO a nadie?
3º No des la impresión de necesitar el trabajo. Joder, ¿entonces que hago allí? ¿Pasar la tarde? ¿hacer amigos?. Por supuesto nada de mi curriculum, de mi carrera o de mis logros académicos. Yo creo que me he equivocado de empresa. Aquí lo que buscan son señoritas de compañía.
Por ultimo y mientras me envolvían las mechas en papel alba o cualquier otro de marca más económica, me subía la envidia y la mala leche mirando fotos de los lugares que me sugerían para mis próximas vacaciones. Otra vez tres opciones.
Primera. Un hotel de por lo menos 325 estrellas en Dubai donde tendré la oportunidad de codearme con gente tan interesante como los Beckham o los Agag (por lo que veo menudo braguetazo que dio este chico).
Segunda: Un safari en un súper exclusivo rancho en Kenia, donde no tendré la oportunidad de ver a ni un solo africano que no tenga como profesión la de camarero o limpiadora. Por supuesto a miles de euros la noche. (Supongo que allí podré codearme con los banqueros a los que he financiado con mis impuestos para que salgan de la crisis)
Tercero: Una playa tan escondida que solo puedo acceder a ella en yate. Particular por supuesto. Todos estos destinos los podías comentar con un grupo de privilegiados, en una página de Internet a la que no dejan entrar si no te invita otro mega inútil y demuestras ser tan superficial y descerebrado como ellos. Si no es así te expulsan sin piedad. ¡Anda! Pensé, como uno de éstos pase por hatunia no pasa de dumpi en su puta vida. Nosotros también somos muy selectivos.
Todos estos reportajes estaban adobados de mujeres anoréxicas, consejos para una vida sexual activa y algún documento seudo serio sobre un político de moda.
Juro que estaba haciendo trizas la revista cuando vi a mi vecina de sillón dejar el “diez minutos”. ¡Que alivio! Me abalancé sobre el como una posesa. ¡Por fin!, ¡que maravilla! la Pantoja en chándal y tacones, glamour de andar por casa…
16 comentarios:
La ostentación de los bienes materiales es síntoma inequívoco de un gusto nefasto y de poca clase. No merece mayor comentario.
¿Qué sé yo? Se puede imaginar construir un edificio en el que los artistas nuevos puedan exponer o hacer performances con verdadera difusión. Se puede imaginar crear un sello discográfico en el que graben artistas extraordinarios que no han tenido su oportunidad en los medios masivos, con completa libertad de criterio. Y más importante que todo eso: se puede imaginar crear fuentes de trabajo digno y centros de educación básica para subir la media. Hasta se puede imaginar que con el dinero suficiente se puede fomentar en los medios masivos una cultura más tolerante y solidaria. Conocer las bellezas del mundo. Se puede imaginar tener un jet privado y decir: paso a recoger a mis hatunes y nos vamos un finde a NYC, por ejemplo. Hasta las joyas pueden tener un valor más allá del material...
... ¿pero a quién carajo se le ocurre que tener grifería de oro macizo sirva para algo?
PD: ésa es mi lorie. Prosa filosa. ;)
Lo que digo es que no es malo tener mucho dinero. Se pueden hacer muchas cosas constructivas. Muchísimas más que las que se me acaban de ocurrir en este par de minutos, obviamente.
Lo realmente malo es cagarse en los demás.
Juas, me encanta la entrada...yo a la peluquería me llevo lectura de casa(mi peluquera ya sabe que soy asocial y le hago mucha gracia, no se ofende y mi actitud disuade al resto de la gente de contarme su vida o consultar mi opinión sobre la elegancia de la Reina, lo flaca que está la princesa o lo bueno que esta el duque, que tardé mucho en saber quien era, entre otras cosas) Pero lo de las revistas "femeninas" es la caña, al menos las llmadas del corazón no la toman a una por idiota...pero las de la órbita cosmopolitan te matan, te dejan claro que cualquier tipo de felicidad es imposible teniendo en cuenta que no correspondes a ninguno de los modelos de mujer que valen la pena, esto es, ejecutiva agresiva, con nómina utópica, treinta años raspados, y dos prototipos definidos, rubia fina o morena espléndida, tres críos altos y rubios como el marino de la copla, el mayor ya estudiando en Irlanda, claro, y un marido estupendo con un sueldo que rebasa en varias magnitudes lo que yo puedo imaginar, no engorda, no se queda calvo...etc. También de ser posible tienes que ser bastante suelta, esto es, que por muy feliz que sea el matrimonio, (que lo es, con escapadas de fin de semana a los alpes austriacos y casa en Madagascar, Mexico y los Algarbes) como lo cortés no quita lo caliente pues te dan consejos para encender y mantener la pasión no solo del conyuge sino de otra legión de voluntarios...
Luego, si tienes suerte, te fijas en las lectoras habituales de esas revistas y en su mayor parte son charcuteras y cajeras del carrefour, teleoperadoras o nada...y entonces si que flipas del todo.
Kipling, obstentan luego existen, es su lema.
Carlitos, pues claro que no
tenemos nada contra el dinero. Pero como tu dices hay un limite que raya en la estupidez. Grifos de oro, bolsos a miles de euros y restaurantes supercaros donde los hombres no se, pero cierta especie de mujer va a que la vean, por que a comer no creo que vayan. Van a Playas paraidisiacas que no recorren para que el sol no les produzca arrugas. Y no visitan ciudades, sino tiendas, no van a museos sino a cocteles de inauguración. Son hermosas, son finas...son de silicona.
Alma.: Yo tambien me llevo mi lectura a la peluqueria, pero a veces tiras de lo que hay, sobre todo para evitar ese dialogo que parace obligatorio cuando lo que quieres es olvidarte de todo. Y sobre lo que dices de las lectoras de las revistas. te cuento: Hace tiempo la directora de una de ellas dijo que la hacían para que la gente soñara...¡será gilipollas!, la gente babea, se ofende, le entran ganas de que el tiburón se coma a la anorexica y que los niños perfectos le salgan ranas...que quieres. Claro que sueñas idiota, pense, sueñas con dejarle tu mileurista sueldo para que se apañen un mes. Y sueñas con cosas mas salvajes, pero eso mejor no contarlo.
Good Heavens! Llevarse a la peluquería la lectura de casa ocupa, sin ánimo de exagerar, un lugar eminente en la lista de comportamientos insólitos, tan sólo superado por llevar un abrigo invernes, por supuesto.
Mi trato con las peluqueras se limita a decirles brevemente "como lo llevo, pero más corto. Ah, y la oreja despejada".
"¿Te pongo fijador?" "No, gracias." Y te miran con una mezcla de furia y ternura maternal, como si pertenecieras a una especie en peligro de extinción.
Finalmente siempre hacen lo que les da la santa gana. Y yo suelo salir de esos antros infernales del mal gusto, donde imperan el lametón de vaca, las mechas y aberraciones similares, echando pestes y jurando no volver a pisar jamás barberías del tres al cuarto... hasta que al mes y medio la realidad me devuelve al locus delicti.
De hecho se nos olvida que conforman el 4º Poder, ese que se le presupone a la "maldita y todopoderosa" Prensa. Se nos olvida que tienen en sus manos herramientas capaces de enviar a un hombre al manicomio o de arruinar una reputación o incluso de truncar un matrimonio.
Es un hecho constatado que las peluqueras tienen el Poder y hacen uso de él para el Mal en muchas ocasiones. Juraría ante el Divino Geómetra que están confabuladas en algún tipo de culto thuggee o algo peor, dispuestos a despellejar las cabezas de los incautos que a ellas acuden.
Creo que el wok de ayer por la noche, las elecciones o ambas cosas no me han sentado del todo bien. Eso o que debo volver a pasar por el via crucis de la peluquería en breve. Sniff. Para que se me haga más leve estoy considerando el hecho de llevar el "Cándido" de Voltaire mientras encomiendo mi cabellera a esas arpías.
No creas Lorielana, que a los hombres nos interesan el tipo de mujer que venden en esas revistas. Tan perfectas y aburridas. Y es una alegría que a las mujeres de este blog no le interesen tampoco los hombres que os presentan como aspiración suprema. Tuve una pareja que dejaba por casa el Cosmopolitan y otras similares. Aspiraba a convertirse en una de aquellas tías que a mí parecían ridiculas. Aquello acabó como acabó, y me dejó odiando ese tipo de lecturas para siempre. Sabía que tu no erás así
Fantástica entrada como de costumbre
Pues yo no se a qué peluquería vais, pero "mi" peluquero siempre me sorprende con algún disco de Led Zeppelin, o me pone una película de cine clásico, o directamente me habla de cosas interesantes (prohibido mencionar la crisis, por Dior); cuando se tercia hasta me prepara un whiskito (que para los tintes van muy bien unas cuantas calorías rápidas), y no sacamos los cigarritos de la risa porque un pincel lleno de tinte puede ser un arma muuuuuy peligrosa.
Cuando acaba de tintarme, normalmente me pregunta qué quiero cenar, y se va para la cocina a preparar el jamón, o lo que queramos.
Si, a mi me tinta mi chico, y se le da de p.m., hace tanto tiempo que no piso una peluquería como llevo el pelo de largo ahora con respecto a mi fotografía (que deberé ir cambiando ya, creo). Nenas, probad con ellos, que seguro que os sorprenden, jajajaja.
Lorie, en cuanto a la entrada, algunas veces he leído revistas de esas, un gran sistema para convertirte en bulímica porque todo lo que lees directamente provoca arcadas.
Muy buena la entrada.
Besos a todos :P
Me he partido de la risa leyendo tu entrada, Lorie. ¿A quién no le ha pasado alguna vez algo así? Te aseguro me a mí sí.
Mi peluquería es muy normalita, lo único que la destaca, al menos en mi caso, es que el peluquero me lleva cortando el pelo desde que yo tenía 2 años y él estaba en la mili. Ahora con él, también están su mujer e hija, más el resto de peluqueras, las cuales llevan allí, desde que eran jovencillas en prácticas, así que cuando voy, me paso un rato largo, dando besos y preguntando por la vida de todos.
Por lo que más maruja, imposible.
Lo del COSMOPOLITAN, VOGUE, ELLE, TELVA, etc., etc., es la leche. Seguramente, lo hacen para que soñemos, pero la verdad es que opino como tú, Lorie, lo único que consiguen es que les cojamos manía a la pandilla de imbéciles que se creen mejores que el resto de la humanidad, sólo porque han nacido con cierto capital o porque han sido lo suficientemente "listos" para "conseguirlo".
Por mi parte, de esas revistas intento sacar algo bueno, descubro cosas, lugares o gentes de las cuales desconocía su existencia y de lo que me llama la atención intento recabar información para aprender, para saber más.
Creo que me he extendido demasiado.
P.D. Seve, yo también quiero un "santo" que me ponga tintes y lave el pelo al estilo de Memorias de Africa.
Yo no voy a peluquerias, ni "esteticienes", ni a centros de reeestructuracion capilar, yo voy a la barberia, la de toda la vida, con tres barberos que sumaran mas de 200 años entre los tres, donde solo se puede leer el Marca, El Correo Español Pueblo Vasco, y el Interviu, por los articulos, por supuesto...
Alli solo se habla de caza o del Athletic, no te futbol en general, no, solo del athletic... como mucho se permite algun comentario jocoso sobre la Real, pero solo0 en ocaciones...
Marmoles antiguos, locion de afeitar Floid, navaja de toda la vida....
las peluquerias me causan pavor.
Sabéis, por encima del nivel economico de subsistencia, es decir, tener para comer y donde dormir, esta demostrado que no hay diferencias en felicidad relacionada con el nivel economico, sino que esta se relaciona con el desarrollo de las habilidades o las aficiones propias, o las vocaciones, ademas de tener una vida satisfactoria a nivel emocional, romantico, de amistades etc
todo eso del cosmopolitan, de a pasarela cibeles, y fde los oscar, no es mas que basura, que ademas, no proporciona ninguna felicidad
Totalmente de acuerdo contigo otra vez, Lorie (¿alguna vez discreparemos en algo?). Una entrada fantástica, y tan divertida como cierta, lo cual la hace el doble de mejor.
Hace un tiempo leí que habían hecho un estudio, y que el 70% de las mujeres que leían esas revistas "de moda" (en fin, a cualquier cosa la llaman moda) acababan deprimidas. Nos muestran lugares imposibles, mujeres que en vez de envejecer rejuvenecen, pieles tersas cual muñecas de plástico (bien sabemos que el plástico lo llevan por dentro), dentaduras que relucen más que las lámparas de casa...
Sabemos que casi nada es real, que esos sitios tna maravillosos son inalcanzables, que esas mujeres se han pasado media vida en el quirófano, que no hay mejor amigo que un buen maestro del photoshop para ellas, que esos dientes son más falsos que un billete de un euro, pero aun así seguimos sintiéndonos mal.
Aun cuando somos capaces de: trabajar 8 horas al día fuera de casa, mantener nuestro hogar limpio, mantener las amistades, cuidar de nuestra pareja e incluso algunas, criar niños. Y a pesar de todo ello, nos sentimos fatal si se nos ven las raíces, si el pantalón ya no nos cierra como antes, si nuestras carnes ya no son tan firmes o si no estamos estupendas hasta para comprar el pan.
Terminemos con la tiranía chicas, somos estupendas y maravillosas. Que no nos engañen, la perfección ya la tenemos; es la sonrisa de tu pareja, ese bizcocho que tan rico te sale, ese vestidito que tan bien te sienta, el amor que damos.
Muxus para todas las mujeres de Hatunia, y cómo no, para nuestros hombre también.
P.D.: Kipling, yo también me llevo mi libro de casa :P
Joder con las hatunas... cada día me sorprendéis más.
Blogue, esa barbería ahora mismo andará en plena efervescencia con esta "aventura copera" que os habéis montado, ¿no? ;P
Algo me dice que debería callarme, en el pozo de segunda (que pronto puede ser de 2ªB), pero es que no me puedo contener a picaros un poco, aunque luego reciba estopa de la buena, jaja. En cualquier caso y ahora en serio: ¡¡¡SUERTE!!!
Querido Teniente
Con lo de la copa la gente se ha vuelto loca.. o es que han estado de copas.......
pero bueno, que bonita es la ilusion
un saludo
Kipling, me alegra que te sorprendamos, ¿hay algo más aburrido en este mundo que ser previsible?. Hatuncillos-macho, no sabeis el grupo de mujeres fuertes y aguerridas que teneis por aquí, con nuestras cicatrices, seguro, pero siempre dispuestas a seguir adelante, a ser posible, con una sonrisa en los labios, aunque he de reconocer que esa sonrisa la poneis vosotros muchas veces.
Gracias Lorie, has conseguido que empiece el lunes riéndome y mira que eso es complicado.. en fin, que a mi los cosmopolitan y similares me queman en las manos, yo tampoco puntuo nada bien en esos test,y lo de llevarme la lectura de casa, de acuerdo con Kipling, comportamiento insólito solo permitido a los hijos de Hatunia, de todas maneras yo en la peluquería prefiero el hola, más que nada para enterarme como va la realeza y poder opinar con conocimiento de causa cuando mi madre discute con mi tía sobre si la princesa Leticia es más o menos elegante que Rania de Jordania.
Seve, fantástica idea, yo suelo hacer al revés, me armo con peine y tijeras y...a cortar, y no te creas, me queda hecho un pincel.
Por cierto Lorie, ya le gustaría al Briatore alguien como tu.
Tu artículo es fantástico. Nunca pensé que pudieran sacarse tantas enseñanzas y risas de una publicación como "cosmopolitan". Me has dado una idea y voy a utilizar una como ejemplo negativo con mis alumnos ( prestada por supuesto).
Por lo demás es tremendamente triste ver ejemplos en los que el dinero y los bienes en general se usen como se usan. EL glamour y la obstentación son las vestiduras modernas de la vanidad o dicho de otra manera, cómo llenar el vacío mental y espiritual con "baratijas" absurdas.
Ese tipo de revistas deberían tener un alto impuesto para sufragar directamente gastos sociales o pagar indemnizaciones por causar desequilibrio anímico.
Gracias Lorie.
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