Supongo que es extraño dedicar una entrada de un pintor tan importante como fue Sandro Boticcelli a la modelo que el tantas veces plasmó, en vez de al pintor mismo. Si embargo siempre he sentido una enorme fascinación por esa increíblemente bella mujer, a la que todos hemos visto y cuya imagen identificamos pero de la que no sabemos casi nada.
Pues bien se trata de Simonetta, una joven dama de la nobleza florentina, casada a los dieciséis años con Marco Vespucci y al parecer también amante de Guliano de Medicci, segundo hijo de Cosme, banquero, dictador y sobre todo gran mecenas de las artes en Florencia, ciudad que le debe mucho de su esplendor.
Poco más se sabe de ella. Murió muy joven en 1475, con solo veintidós años y las dos obras mas conocidas en las que aparece, “El nacimiento de Venus“(1484) y La Primavera (1481) son posteriores a su muerte. Esto da idea de la gran impresión que debió causar en el pintor. Tanto que cuando finalmente murió, pidió ser enterrado en la iglesia de Ognissanti, donde también descansa ella.
La historia que he escrito es un intento de imaginarme como se ligaron sus vidas. El como ocurrió es un invento de mi imaginación, pero el lugar, los personajes y el tiempo son los que compartió Simonetta Vespucci.
EL ENCUENTRO
Un viento helado azota Florencia. La nieve ha vestido de blanco los tejados y la pobre luz invernal obscurece las laberínticas calles. Las bulliciosas plazas, ayer llenas de comadres y comerciantes, hoy están vacías. Tras los anchos muros de gruesos sillares se oye el silente rumor de los banqueros haciendo sus cambios. Casi se intuyen los birretes de los cardenales que piden préstamos para nuevas y suntuosas obras. Se acaban de marchar los embajadores de los reyes castellanos y franceses. Han conseguido el dinero que los llevará a una misma guerra.
En este lugar, en el hermoso patio porticado del palacio Medicci, artistas y burgueses están esperando a ser atendidos por Cosme, el rey sin corona de la ciudad de la Flores. Despiadado para los negocios pero generoso con los artistas, no le importa perder su tiempo escuchando la banal charla, observando la obra que le ofrece algún joven pintor, o los planos para el embellecimiento de algún edificio de su amada ciudad.
Como siempre le acompañan sus jóvenes hijos Lorenzo y Guliano, apenas salidos de la adolescencia. Han estado a su lado desde niños, y conocen de su pasión por el arte y el dinero. Hoy sin embargo no parece que nada de eso les interese. Ha venido a presentar sus respetos una joven pareja. El marido es de mediana estatura, sin atractivo aparente, vestido a la usanza de los comerciantes. Ella, callada y apenas con un esbozo de sonrisa, ha iluminado la tarde. Lleva el pelo recogido como la joven dama que es. Pero unos rizos rubios escapan al transparente velo que recoge la trenza. Entorna los ojos con dulzura, con mirada baja, sabiéndose observada. Un aura de diosa pagana la envuelve y hace estremecer a los presentes. Con una pequeña inclinación va saludando y todos le devuelven un cortés saludo.
Absorto ante esta escena, desde la gran puerta que da acceso al recinto se encuentra el maestro Sandro Boticcelli . Acaba de terminar una madonna y viene a entregarla a su dueño. Se queda mirando a la muchacha y sus ligeros movimientos. Su aire delicado, la belleza que irradia le recuerdan todas las razones por las que quiso ser pintor.
Sin saber como llega hasta Simonetta, así se llama, en el preciso instante que Guliano se ha acercado a la muchacha y la mira con ojos soñolientos. Algo le dice al oído, algo que nadie ha podido oír sino ella y que ha provocado su risa, que reprende el marido pero que los demás celebran.
Por un instante se miran los tres, y en una fugaz revelación comprenden que sus destinos han quedado sellados, y que los hilos que teje la diosa ya los ha enredado en su tela.
EL TALLER
Simonetta se levanta presurosa del lecho, recuerda con toda claridad los acontecimientos del día anterior. Se han celebrado las justas. En el torneo en que compite toda la juventud dorada de Florencia, Guliano de Medicci portaba una bandera con su imagen pintada, es la representacion de Palas Atenea junto al lema “la sans pareille”, la sin par. ¡Fue tan halagador!, sabía que pecaba de vanidad, y que iba a unir a este pecado otros muchos, pero acepto la mano del joven cuando este se la llevo de allí.
Y ahora tenía que irse, escapar del tierno abrazo que la retenía.
-¿Tan pronto me dejas? ¿que prisa tienes, si ya toda la ciudad se ha hecho eco de nuestros amoríos?
- La risa de ella es cristalina, sus ojos lo miran con diversión…”mi amado Guliano, no me da miedo el escándalo, eres poderoso. No me da miedo el pecado… porque os quiero…me voy porque me espera el maestro Sandro…porque de entre todos los deseos impuros es la vanidad el que me persigue más. Tu me ofreces el fugaz instante de las caricias…el me ofrece la eternidad.
Acompañada por palafreneros, cubierta con una capa que le escondía el rostro en un inútil intento de mostrar pudor, llegó hasta el taller.
La bottega es un amplio salón, iluminado por huecos ojivales que dejan que la luz de la primavera entre limpia. Allí se siente dichosa como una niña. El maduro pintor la rodea, observa sus rasgos, toca ligeramente su cara, casi con miedo, quiere memorizar su rostro, calibrar la tersura de su piel. Y ella es tan joven, se siente tan henchida de felicidad que parlotea y baila. El la quiere pintar, pero antes debe atrapar ese espíritu sin par.
Toma apuntes de sus ojos, de sus manos, mientras comparten vino aguado y el dulce de mazapán, enredados en interminables charlas. Se conocen, se cuentan sus anhelos, las ansias de gloria de él, el deseo de inmortalidad de élla. Ahora piensa pintarla como una Virgen, mas tarde como una Diana cazadora. Hace bocetos, que ella mira asintiendo con ternura. Pero no está satisfecho, aun no ha conseguido captar su espirtu, su indomable rebeldía, su verdad limpia de encorsetamientos. El ser verdadero que intuyo en su primer encuentro y se lo dice.
Pues bien se trata de Simonetta, una joven dama de la nobleza florentina, casada a los dieciséis años con Marco Vespucci y al parecer también amante de Guliano de Medicci, segundo hijo de Cosme, banquero, dictador y sobre todo gran mecenas de las artes en Florencia, ciudad que le debe mucho de su esplendor.
Poco más se sabe de ella. Murió muy joven en 1475, con solo veintidós años y las dos obras mas conocidas en las que aparece, “El nacimiento de Venus“(1484) y La Primavera (1481) son posteriores a su muerte. Esto da idea de la gran impresión que debió causar en el pintor. Tanto que cuando finalmente murió, pidió ser enterrado en la iglesia de Ognissanti, donde también descansa ella.
La historia que he escrito es un intento de imaginarme como se ligaron sus vidas. El como ocurrió es un invento de mi imaginación, pero el lugar, los personajes y el tiempo son los que compartió Simonetta Vespucci.
EL ENCUENTRO
Un viento helado azota Florencia. La nieve ha vestido de blanco los tejados y la pobre luz invernal obscurece las laberínticas calles. Las bulliciosas plazas, ayer llenas de comadres y comerciantes, hoy están vacías. Tras los anchos muros de gruesos sillares se oye el silente rumor de los banqueros haciendo sus cambios. Casi se intuyen los birretes de los cardenales que piden préstamos para nuevas y suntuosas obras. Se acaban de marchar los embajadores de los reyes castellanos y franceses. Han conseguido el dinero que los llevará a una misma guerra.
En este lugar, en el hermoso patio porticado del palacio Medicci, artistas y burgueses están esperando a ser atendidos por Cosme, el rey sin corona de la ciudad de la Flores. Despiadado para los negocios pero generoso con los artistas, no le importa perder su tiempo escuchando la banal charla, observando la obra que le ofrece algún joven pintor, o los planos para el embellecimiento de algún edificio de su amada ciudad.
Como siempre le acompañan sus jóvenes hijos Lorenzo y Guliano, apenas salidos de la adolescencia. Han estado a su lado desde niños, y conocen de su pasión por el arte y el dinero. Hoy sin embargo no parece que nada de eso les interese. Ha venido a presentar sus respetos una joven pareja. El marido es de mediana estatura, sin atractivo aparente, vestido a la usanza de los comerciantes. Ella, callada y apenas con un esbozo de sonrisa, ha iluminado la tarde. Lleva el pelo recogido como la joven dama que es. Pero unos rizos rubios escapan al transparente velo que recoge la trenza. Entorna los ojos con dulzura, con mirada baja, sabiéndose observada. Un aura de diosa pagana la envuelve y hace estremecer a los presentes. Con una pequeña inclinación va saludando y todos le devuelven un cortés saludo.
Absorto ante esta escena, desde la gran puerta que da acceso al recinto se encuentra el maestro Sandro Boticcelli . Acaba de terminar una madonna y viene a entregarla a su dueño. Se queda mirando a la muchacha y sus ligeros movimientos. Su aire delicado, la belleza que irradia le recuerdan todas las razones por las que quiso ser pintor.
Sin saber como llega hasta Simonetta, así se llama, en el preciso instante que Guliano se ha acercado a la muchacha y la mira con ojos soñolientos. Algo le dice al oído, algo que nadie ha podido oír sino ella y que ha provocado su risa, que reprende el marido pero que los demás celebran.
Por un instante se miran los tres, y en una fugaz revelación comprenden que sus destinos han quedado sellados, y que los hilos que teje la diosa ya los ha enredado en su tela.
EL TALLER
Simonetta se levanta presurosa del lecho, recuerda con toda claridad los acontecimientos del día anterior. Se han celebrado las justas. En el torneo en que compite toda la juventud dorada de Florencia, Guliano de Medicci portaba una bandera con su imagen pintada, es la representacion de Palas Atenea junto al lema “la sans pareille”, la sin par. ¡Fue tan halagador!, sabía que pecaba de vanidad, y que iba a unir a este pecado otros muchos, pero acepto la mano del joven cuando este se la llevo de allí.
Y ahora tenía que irse, escapar del tierno abrazo que la retenía.
-¿Tan pronto me dejas? ¿que prisa tienes, si ya toda la ciudad se ha hecho eco de nuestros amoríos?
- La risa de ella es cristalina, sus ojos lo miran con diversión…”mi amado Guliano, no me da miedo el escándalo, eres poderoso. No me da miedo el pecado… porque os quiero…me voy porque me espera el maestro Sandro…porque de entre todos los deseos impuros es la vanidad el que me persigue más. Tu me ofreces el fugaz instante de las caricias…el me ofrece la eternidad.
Acompañada por palafreneros, cubierta con una capa que le escondía el rostro en un inútil intento de mostrar pudor, llegó hasta el taller.
La bottega es un amplio salón, iluminado por huecos ojivales que dejan que la luz de la primavera entre limpia. Allí se siente dichosa como una niña. El maduro pintor la rodea, observa sus rasgos, toca ligeramente su cara, casi con miedo, quiere memorizar su rostro, calibrar la tersura de su piel. Y ella es tan joven, se siente tan henchida de felicidad que parlotea y baila. El la quiere pintar, pero antes debe atrapar ese espíritu sin par.
Toma apuntes de sus ojos, de sus manos, mientras comparten vino aguado y el dulce de mazapán, enredados en interminables charlas. Se conocen, se cuentan sus anhelos, las ansias de gloria de él, el deseo de inmortalidad de élla. Ahora piensa pintarla como una Virgen, mas tarde como una Diana cazadora. Hace bocetos, que ella mira asintiendo con ternura. Pero no está satisfecho, aun no ha conseguido captar su espirtu, su indomable rebeldía, su verdad limpia de encorsetamientos. El ser verdadero que intuyo en su primer encuentro y se lo dice.
Me falta algo…hay algo que no me entregas.
Sonriendo, Simonetta se quita el velo que cubre su cabello, suelta la larga trenza que sólo queda recogida por una cinta. El purísimo oro envuelve sus hombros cayendo hasta sus caderas…vestidos y enaguas dejan paso a la piel desnuda…Es Afrodita, así la ve, pagana y hechicera. La mirada sin miedo. Ya tiene lo que quería atrapar, su alada gracia. Ya puede llevar al lienzo el matiz exacto de su tez tan pura.
LA OBRA
El tiempo ha transcurrido dolorosamente, Simonetta ha muerto con sólo 22 años. Durante todo el invierno la ciudad la lloró. Guliano tampoco está, fue asesinado en la infame “Conjura de los Pazzi”. Lo han apuñalado con saña, y el terror se desato tras este crimen. La venganza de su hermano Lorenzo fue tan despiadada, que el Santo Padre excomulgó a la ciudad, dejándola por un tiempo en la ruina. Ya no hay entierros en sagrado, ni bautizos ni bodas. El castigo se extiende a los productos de sus talleres. Ya no pueden vender ni comerciar. El pulso de la ciudad se hiela.
Más adelante, con sobornos y necesitados como siempre de liquidez en Roma, la excomunión es perdonada. lentamente la vida vuelve a la normalidad y los mecenas libres del fantasma de la bancarrota pueden volver a buscar las obras que antaño quisieron. De nuevo los talleres de escultores, orfebres y pintores se llenan de aprendices y maestros vigilantes.
Maese Sandro recibe a sus protectores y les muestra lo que tercamente y en siliencio ha ido creando. Lo que ven les asombra, oprimiéndoles el corazón. Por un momento muchos de ellos recuerdan los años de esplendor. Allí está la bella dama que todos añoran, es una diosa que emerge del agua sobre una concha, con el pelo flotando al viento y la mirada limpia y dulce. En otro cuadro es Venus en el jardín de la primavera y es Cloris tocada por Eolo antes de convertirse en Flora, y es una de las gracias…todo el cuadro es un canto a la hermosa muchacha. Finalmente vuelve a ser Venus junto a Martes, y es ella y es Guliano, es el dios y es la diosa descansando tras el amor. Ya es inmortal.
Sonriendo, Simonetta se quita el velo que cubre su cabello, suelta la larga trenza que sólo queda recogida por una cinta. El purísimo oro envuelve sus hombros cayendo hasta sus caderas…vestidos y enaguas dejan paso a la piel desnuda…Es Afrodita, así la ve, pagana y hechicera. La mirada sin miedo. Ya tiene lo que quería atrapar, su alada gracia. Ya puede llevar al lienzo el matiz exacto de su tez tan pura.
LA OBRA
El tiempo ha transcurrido dolorosamente, Simonetta ha muerto con sólo 22 años. Durante todo el invierno la ciudad la lloró. Guliano tampoco está, fue asesinado en la infame “Conjura de los Pazzi”. Lo han apuñalado con saña, y el terror se desato tras este crimen. La venganza de su hermano Lorenzo fue tan despiadada, que el Santo Padre excomulgó a la ciudad, dejándola por un tiempo en la ruina. Ya no hay entierros en sagrado, ni bautizos ni bodas. El castigo se extiende a los productos de sus talleres. Ya no pueden vender ni comerciar. El pulso de la ciudad se hiela.
Más adelante, con sobornos y necesitados como siempre de liquidez en Roma, la excomunión es perdonada. lentamente la vida vuelve a la normalidad y los mecenas libres del fantasma de la bancarrota pueden volver a buscar las obras que antaño quisieron. De nuevo los talleres de escultores, orfebres y pintores se llenan de aprendices y maestros vigilantes.
Maese Sandro recibe a sus protectores y les muestra lo que tercamente y en siliencio ha ido creando. Lo que ven les asombra, oprimiéndoles el corazón. Por un momento muchos de ellos recuerdan los años de esplendor. Allí está la bella dama que todos añoran, es una diosa que emerge del agua sobre una concha, con el pelo flotando al viento y la mirada limpia y dulce. En otro cuadro es Venus en el jardín de la primavera y es Cloris tocada por Eolo antes de convertirse en Flora, y es una de las gracias…todo el cuadro es un canto a la hermosa muchacha. Finalmente vuelve a ser Venus junto a Martes, y es ella y es Guliano, es el dios y es la diosa descansando tras el amor. Ya es inmortal.
32 comentarios:
Lorie, como siempre, nos ofreces el mejor regalo que nadie pudiera desear; una bellísima historia llena de emociones. Una parte de tu alma prendida en palabras.
Gracias, muchísimas gracias Lorie.
Muchas gracias,, Lorie. Una reconstrucción letaria preciosa. Tienes la maestría de meternos en la vida de los personajes. Yo soy uno de esos personajes de museo que me quedo extasiado ante los cuadros. Una de las cosas que me llaman la atención son los rostros y la expresión de los personajes e imagino la historia o las circunstancias del modelo. Hay historias fantásticas pero verídicas con respecto a los modelos de los cuadros más admirados. Un día que mi trabajo me deje vivir me gustaría compartir algunas.
Gracias.
Una modelo para la historia por su gracia,genio y pincel de Botticelli...Ya quisieran las esplendorosas Gisele Bundchen,Carolyn Murphy,o la mismísima Heidi Klum permanecer siglos de vigencia,o inspirar algún poema como este:
Dino Campana Simonetta,
por tu delicadeza la tarde se hace lágrima,
funeral,oración,música detenida.
Simonetta Vespucci,tienes el alma frágil de virgen o de amante.
Ya Judith despeinada
o Venus húmeda
tienes el alma fina de mimbre
y la asustada inocencia
del soto de olivos.
Simonetta Vespucci,
por tus dos ojos verdes
Sandro Boticelli
te ha sacado del mar,
y por tus trenzas largas
y por tus largos muslos,
Simonetta Vespucci
que has nacido en Florencia
Siempre me ha deslumbrado la pintura del nacimiento de venus,no hay duda que en cada pincelada,Botticelli grita el amor que tenia hacia Simonetta..No tenía ni idea que esta criatura tan hermosa muriese con 22 años de tuberculosis pulmonar.
Gran historia de esta cautivante Simonetta, y no menos que Botticelli quisiera estar enterrado a sus pies.
Preciosa y sensible imaginación Lorie.
¡Qué bonito Lorie!
¿qué importa que la historia sólo sea fruto de tu imaginación, si nos has dejado disfrutar de ella, imaginándonos los encuentros y el dolor de perderla? Al fin y al cabo, podría ser eso lo que pasó
Muy bonito.
El tema ya de por sí es embriagador. Florencia tiene el encanto de significar el fin de una manera de mirar al mundo y a su vez el nacimiento de una nueva visión.
Ha sido un sentido y agradable viaje en el tiempo y en el espacio.
Agradecido.
Lorie, me dejas como siempre sin palabras, preciosa la historia, tan preciosa como lo es la ciudad, y como siempre tus palabras llenas de tanta sensibilidad que por unos segundos nos dejan a los demás mudos. Por unos instantes, leyendo tu relato, he vuelto a pisar las calles de Florencia, a pasear por sus adoquines y a quedarme maravillada por una ciudad que es en sí una escultura. Gracias.
Hola Lorie (¿puedo llamarte así?):
Me ha gustado muchísimo tu historia. La cuentas con una sensibilidad fantástica. Debió pasar así, no lo dudes. Para pintar un rostro tan hermoso tiempo después de la muerte de la joven, es que el Maestro debió admirarlo mucho.
No sabía que se llamaba Simonnetta la joven ni que había muerto con tan poca edad. Debió ser muy bella.
Gracias, Lorie.
Un saludo.
Gracias a vosotros. La verdad es que me gusta escribir y me gusta inventar, pero teneros a vosotros comentando lo que hago me hace sentir increiblemente bien, porque sois todos ya muy cercanos para mi. Y quizas por eso mismo me da más miedo, porque defraudar a un desconocido no me importa, pero a gente que me gusta tanto...en fin que gracias. a todos.
Sorel, bienvenido a hatunia, por supuesto que me puedes llamar Lorie. Un besazo.
Catiti, guapisima, ¡que preciosa es Florencia!, estoy de acuerdo contigo. Dos veces he estado alli, y las dos prometí volver. Un consejo a los demas, mejor en otoño avanzado o en invierno. Julio, Agosto y Septiembre prohibido...por dos razones, aquello está atestado de gente, y francamente es un asco tanta cola y por otro lado el calor es agobiante.
gracias de nuevo
Que bonito Lorie.
Cuantas bellas historias ha inspirado Florencia, muchas escritas y otras solo intuidas al mirar su arte, momento en el que algo te sacude por dentro, sentimientos y emociones que solo pueden ser recuerdos de otros pasados alli, en sus calles, en los presonajes de sus cuadros, y que tú, Lorie, nos traes con exquisita sensibilidad
gracias
Lorie, con cada nueva historia te superas, me he quedado prendada de tu "ELEGIR", pero esta es una verdadera maravilla, cada una de tus palabras tienen arte y en cada frase derrochas elegancia y sensibilidad. Aunque me ha pasado algo muy extraño, justo cuando quería recogerme mi largísima melena, se ha acabado la historia y me he dado cuenta que yo no soy Simonetta...que pena! lo cuentas tan bién que me lo había creido.
Gracias.
Wow Sista...que derroche ,la historia es más bonita que Simonetta, y eso que debemos reconocer que era guapa, la condenada.
Sistas una vez más,parece, porque la modelo del viejo Boticcelli, de la cual no sabía el nombre, pero que como todo le queda bien(le quedarían bien hasta las viruelas...que cabrona)me ha resultado siempre, una de las grandes bellezas del arte, una mujer perfecta, esplendorosa, que no se pasa nunca de moda...amos, lo que todas querríamos ser. Pobre Sandro, tuvo que sufrír lo suyo.
jei
No se quién lo ha borrado, pero a mi el dumpi admirador de Lorie, me parecía adorable, y no me parece justo que alguien haya borrado su comentario, que era muy correcto y además precioso.
Perdona Lorie, pero son de estas cosas que si no las dices no te quedas a gusto.
Apoyo la moción, Lili.
Lili tiene razón, y el falso dumpy fan de Lorie es requetebienvenido en Hatunia...vuelve dumpyfan.
Claro que vuelvo Almalaire,gracias Lili. Y estimado maestro Kipling, espero que me recuerdes, soy ELA pero prefiero Dumpi, ironías de un mamifero terrestre enamorado de una hatun.
Lorielana, no te enfades, no me borres y tomate esto con humor y amor. No quiero molestarte, pero eres tan raramente intensa. Lo mismo cuentas una historia de amor que un cuento para niños, pero sobre todo no me puedo olividar de un salmorejo que preparabas bailando, mientras una gota de surdor resbalaba por tu cuello. (la imagen es tuya, así que hermosa mía la culpa de mi enajenamiento también)
Hasta la próxima vez. Estaré esperando con impaciencia.
Oh, Christ! ELA... sí, sí. Me acuerdo. Hubo balas de por medio, jaja. ¿Sanaron las heridas? ;D
Un abrazo, compañero. Y no me extrañe que bebas los vientos por la dama en cuestión. Hay que proponérselo mucho para no hacerlo.
fue eliminado por mi mismo a peticion de la interesada, ya que al parecer no le hace gracia la idem... a mi, personalmente , me resulta frikimente grotesto y divertido, pero a lorie parecia incomodarla, y si incomoda a un hatun ya pueden porculizar al dumpi este
Preciosa entrada, Lorie, como preciosa era Simonetta y preciosa eres tu. Me encanta como escribes, tienes la sensibilidad que a mi me falta, jejeje.
Veo que te ha salido un admirador (no me extraña), y apoyo la moción de Lili y Alma para que se instale con nosotros, que somos muuuchas mujeres y poquitos hombres, aunque este dumpi esté ya enamoradito de ti.
Por cierto, Mr. Kipling, no hagas mucha fuerza para no beber los vientos por ella, que luego salen úlceras (jejeje), en el fondo, creo que todos estamos un poquito enamorados de Lorie, ¿verdad?
Se que últimamente no estoy por aquí, pero espero volver en breve. Besos y abrazos para todos. Se os sigue queriendo.
Bueno ELA-Dumpys, encantada de conocerte, no te voy a negar que es halagador que me siguas, pero que quieres que te diga, ni tan siquieras has cruzado un frase conmigo. Mejor te acercas un dia al chat, no se cuando porque ahora no voy a estar mas que a ratos perdidos, y charlamos y de camino charlas con los demás, que te aseguro que los hautnes somos realmente buena gente.
Gracias Kipling, me has alegrado el día, la semana y puede que el año, aunque bien se yo, es así mi querida Seve, que bebes los vientos por todas las chicas de hatunia. Y todas te queremos por igual encanto. Tu sigue regalandonos los oidos, que eso nos hace sentirnos bien. Nenas, hoy me tocó a mi, mañana es posible que a vosotras...
Un beso para todos mis hatunes... y otro para ti dumpi...
Es verdad Kipling, aquí todas te queremos y queremos la parte que nos toca a cada una, ademas Lorie ya tiene a su dumpi-poeta.
Vaya lorielana que arte tienes.., luego dices que no es para tanto, así que deja de decir que no, y sigue inventando :), que aquí gustas mucho.
Confirmo lo dicho por lili, aquí todas te queremos, la verdad es que con tus palabras haces sentir muy bien, por lo menos a mí, ya te lo he dicho muchas veces, así que te seguiremos dantote las gracias por cómo eres :), no cambies.
Pues nada, chicas... soy todo vuestro... Sólo os pido que me tratéis con dulzura y no os avalancéis todas a la vez...
XD
¡¡PELOTILLERAS!!
XD
Eso, no os avalancéis todas a la vez donde el Teniente, que es muy casto..
Hacedlo donde vuestro Comandante, que es mas viciosillo :P:P:P
jei
Teniente, Blogue, no os preocupeis, todas os adoramos y lo sabeis, quizás por eso os gusta estar por aquí. Yo no sabría por cual de los hatunes decidirme, me teneis embobada todos.
Un besito cariñillos.
P.D.: Chicas, no os preocupeis, les doy coba porque como ya no tengo jefe, le tengo que pelotear a alguien. Je, Je.
Pero bueno! Esto que es! un grupo de adoradoras de machos hatunes? A ver muchachas, que valemos un potosí, que a ver donde encuentran tías mas chulas que nosotros. Que los hemos acompañado en las batallas, y tenemos las mismas heridas de guerra.
No nos algolpamos tras de ellos, que se pongan en fila para que vayamos escogiendo. Eso si hermanas, vamos a tener que compartir o adoptar nuevos hatunes...porque no hay bastantes. Son una especie rara por lo que veo.
Venga, a escoger y que cada una ponga en su sitio al que se queje
Si necesitáis nuevos hatunes, decidme dónde puedo dejar mi currículum, va.
Chao.
No somos muy rigurosas en la selección de nuevos hatunes, con esta escasez, imaginate, Julien, estás admitido desde ya....he de decir que si hubiera una demanda brutal y tuviéramos tanto donde elegir, también serías bienvenido...perdón, viembenido ha hatunia.
Sorel, no es necesario que entregues tu curriculum,estamos encantados de que te vengas con nosotros. Pero es requisito imprescindible ser bautizado en la plataforma provocadiyos de hatun, que la gran Were, madre de todos los hatunes, abrió en el foroloco.
Tu entra allí, solicita ser bautizado y te unes a la pandilla de locos que estamos aqui.
Un beso
Ademas, apreciado julien, recuerda la obligatoriedad de aportar 6.000€ a fondo perdido a las arcas de Hatunia, el cual será gestionado por el Ministerio de Hacienda Oceánica que, casualmente, dirijo
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